Precalentar el horno a 180 grados. Enmantecar y enharinar una fuente.
En un bowl grande, tamizar la harina, el polvo de hornear y la sal. Mezclar. Agregar la manteca fría y, con la yema de los dedos, hacer un arenado. Incorporar el azúcar.
Hacer un hueco en el medio y agregar el huevo y la leche, de a poco, hasta unir todo. Ojo! Sólo unir, no amasar.
Colocar la masa sobre la mesada, aplastar un poco con las manos o con un palo hasta que la masa tenga unos 1,5 o 2 cm aprox. de espesor. Cortar con cortante redondo o, con cuchillo, si prefieren con otra forma. Hornear 15-20 min. o hasta que estén dorados.