Calentar el horno a 200 grados. Pintar los tomates y el echalote con aceite de oliva, y colocar en una placa para horno antiadherente (o con papel manteca) boca abajo. Cocinar hasta que los vegetales estén tiernos. Una vez que se hayan enfriado, cortar y colocar en un bowl. Salpimentar.
Bajar el horno a 180 grados. Cortar las berenjenas a lo largo, dependiendo del tamaño, en 3 o 4 rodajas y pintar con aceite de oliva. Agregar por encima sal y pimienta. Cocinar hasta que estén tiernas y doradas.
Cortar el queso mozzarella en rodajas, y colocar por encima de las berenjenas. Volver al horno por 2-3 minutos, o hasta que el queso se derrita. Sacar del horno y colocar por encima la mezcla de tomates y terminar con albahaca fresca y un poco de aceite de oliva.